Repasemos brevemente el asunto de la línea de alta tensión (¡una más!) con que quieren obsequiar al ayuntamiento de Villamanín. La empresa pública Red Eléctrica de España (REE) proyecta una línea de alta tensión entre Asturias (inicialmente ubicada en Lada y más tarde en Sama de Langreo) y Velilla del Río Carrión (Palencia) como final de trayecto. A dos recorridos iniciales se une un tercero –el que nos ocupa- sugerido como alternativa a los anteriores, a raíz de informes del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas) y de la Cátedra de Ecología de la Universidad de León. Este trazado atraviesa la provincia leonesa, entrando por el llamado corredor del Bernesga y afectando en mayor o menor medida a 13 municipios de la provincia de León, por este orden: Villamanín, Pola de Gordón, La Robla, Vegacervera, Matallana de Torío, Santa Colomba de Curueño, La Vecilla, Vegaquemada, La Ercina, Cistierna, Cebanico, Prado de la Guzpeña y Valderrueda.
Tras múltiples acciones de protesta, durante la campaña electoral previa a las elecciones generales del 9 de marzo de 2008, se produjeron situaciones curiosas que conviene NO OLVIDAR:
- El entonces candidato y hoy diputado y portavoz del PSOE en el Congreso, Sr. Alonso (no confundir con el genial piloto asturiano, bicampeón del mundo), afirmó a propósito de la línea Sama-Velilla, que "no se iba a ejecutar tal cual estaba concebida".
- El también candidato y hoy presidente del gobierno, Sr. Zapatero, prometió diálogo y consenso, anunciando la inmediata apertura de conversaciones con los afectados y las plataformas ciudadanas.
A pesar de las promesas electorales, apenas tres meses más tarde, el 30 de Mayo de 2008, el consejo de ministros del Gobierno de España, presidido por el ya presidente del gobierno Sr. Zapatero, aprueba el Plan Energético Nacional que contempla la ejecución de la línea. Fieles a las máximas de "prometer hasta meter" y "ni palabra mala ni hecho bueno", donde anunciaban NO al trazado actual de la línea, diálogo y consenso, una vez en el poder no dudaron en aplicar la política del BOE. No es nada nuevo. Unos años atrás hicieron algo parecido con la OTAN. Para quienes no lo recuerden o simplemente lo desconozcan, en la campaña electoral de 1982 uno de los gritos de guerra que más llegaron a los jóvenes de entonces decía: "OTAN, de entrada NO". Pocos meses después, ya en el poder, convocaron un referendum en el que, los mismos que practicaban el grito de guerra contra la entrada en la OTAN en la campaña electoral, pedían ahora el voto favorable para ingresar en la OTAN. Obviamente ganaron.
Han pasado aproximadamente 300 días desde las promesas electorales y la única realidad es que en cualquier momento se iniciará la construcción de 160 torres eléctricas, de una altura entre 51 y casi 70 metros -que hacen necesaria una base para cada torre de 15x15 metros-, separadas entre sí por unos 400 metros, abriendo una gigantesca cicatriz y generando un inmenso pasillo muerto a su paso a lo largo de más de 90 kilómetros de suelo leonés. Todo ello, sin que ninguna de las localidades afectadas reciba compensación alguna. ¿Y para qué?
Puesto que León ya exporta el 80 por ciento de la energía eléctrica que produce, el proyecto no tiene que ver con posibles carencias en este sentido. La explicación hay que buscarla en el interés de transportar electricidad a comunidades autónomas ricas, aunque con déficit energético, tales como Madrid, Cataluña y el País Vasco, que curiosamente no se han distinguido nunca por su solidaridad con las comunidades españolas más pobres. Ya lo decía mi padre: “Si el rico es rico, es porque el pobre es pobre”.